Los cultivos celulares actualmente son factorías de determinados tipos de compuestos con aplicaciones múltiples en una gran diversidad de disciplinas. Así, ha destacado Ortoalresa en un comunicado, hay cultivos celulares tanto para la regeneración de tejidos como para la fabricación de antibióticos y producción de vacunas.
Si hay una característica que define a los cultivos celulares es su fragilidad. Ante cualquier pequeña variación de la concentración de oxígeno, temperatura y otros muchos parámetros, el cultivo celular se puede deteriorar en cuestión de minutos y dejar de fabricar los compuestos para los que se han creado. En este contexto, Ortoalresa ha afirmado que la precisión del control de la temperatura de las centrífugas refrigeradas permiten recrear de manera estable y precisa las condiciones requeridas para cada tipo de cultivo.
La recolección de los compuestos es un punto crítico. Para ello se utilizan centrífugas de flujo continuo o centrífugas de laboratorio convencionales. Frente a la complejidad de las primeras estaba el inconveniente del volumen de recolección limitado en las centrífugas convencionales. La centrífuga Dilitcen 22 R de Ortoalresa, con 4 vasos de 1.000 ml, rompe con este inconveniente al procesar un volumen de 4 litros en lotes de 1 litro, con una inversión moderada y versatilidad, ya que también puede trabajar con tubos convencionales.
Otra de sus ventajas es su pantalla a color táctil TFT, que permite una reproductibilidad del proceso que hace que se interfiera lo mínimo, manteniendo las condiciones de temperatura y velocidad estable para que todos los lotes se procesen de igual manera.
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